jueves, 4 de junio de 2015

MAPAS DE FUGA EN LOS TRENZADOS NEGROS

Mapas de fuga en las cabezas de los esclavos negrosPDFImprimirE-Mail
sábado, 31 de mayo de 2008
Cuando hace unos años esperaba sentada durante más de seis horas en la escalera de la casa de mi amiga camerunesa, en la frontera de la selva y la sabana africana, en Batouri para que Caroline me hiciera las mismas trancitas que tenía ella, sus hijas y todas las vecinas, no tenía ni idea del significado de este peinado en los tiempos de la esclavitud.
Hasta que hace unos días vi en la televisión un programa dedicado a los peinados de la población afroamericana en Colombia, tema que me llamó mucho la atención. Por eso, empecé a buscar la información y encontré unos estudios muy interesantes que me demostraron que los peinados de los esclavos negros en Colombia no eran solo cuestión de moda.
Una de estas investigaciones, la de la socióloga colombiana de la Universidad Nacional, Lina Vargas, se demuestra que los peinados de los afrodescendientes guardan significados históricos de sus antepasados. Estos peinados marcaban los caminos hacia la libertad. El libro que cuenta la poética del peinado afrocolombiano ha sido publicado por el Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá.
Cuenta la historia que en los tiempos de la Colonia, cuando los españoles trajeron a los esclavos negros para que estos trabajaran en las plantaciones, minas y haciendas de los amos, las mujeres cada vez que salían a laborar, observaban con mucho detenimiento el entorno, el paisaje, los montes, los bosques y los ríos. Después de un largo día del trabajo, las mujeres se reunían en los patios y allí peinaban a las más pequeñas. En sus cabezas diseñaban mapas llenos de caminitos y salidas de escape, ubicando allí los montes, ríos y árboles más altos. Estos peinados constituían unos verdaderos códigos de rutas de escape que permitían a los esclavos huir.
Mapas de fuga en las cabezas de los esclavos negros
Según la investigación, existían diferentes formas de marcar en el mapa de la cabeza los puntos claves de la geografía, por ejemplo:
  • Si el terreno era muy pantanoso, las tropas es decir las pequeñas trenzas pegadas al cuero cabelludo, se tejían como surcos.
  • A través de pequeños moños, nudos y trenzados las mujeres marcaban los puntos del paisaje: un árbol, un camino, un sembrado.
  • Los mapas comenzaban en la frente y se iban adentrando hasta la nuca.
  • Las trenzas servían también para establecer sitios de encuentro.
Además de mostrar las rutas de escape, ya después de la abolición de la esclavitud, las comunidades negras siguieron contando las historias de su pasado, a través de los peinados. Por ejemplo si un esclavo trabajaba en la mina y tenía que meterse en un hoyo profundo o socavón lleno de barro, al hacer el moño en la cabeza, la mujer embute la punta en el mismo moño. Si solo debió trabajar con batea, lo deja suelto.

Hoy en día, las comunidades negras de Quibdó, Condoto, Tumaco o Buenaventura siguen con la tradición de los peinados africanos y a pesar de que estas formas no son símbolo de resistencia, los diseños siguen iguales como hace 500 años cuando se desarrollaron en el contexto de la esclavitud.

El camino a la libertad lo tejieron las esclavas de una forma muy particular: en su pelo, a través de las trenzas. Eso lo argumenta Emilia Valencia Murraini, presidenta de la Asociación de mujeres afrocolombianas (Amafrocol), quien desde hace 30 años investiga todo el entramado de los peinados de las palenqueras.
Como ellas no estaban tan vigiladas -narra Emilia-, podían husmear por los caminos que recorría el amo. Divisaban el paisaje, los ríos, las montañas y las tropas del ejército español. Y en su pelo tejían lo que veían, a través de mapas de huida en marañas trenzadas, delimitando los senderos transitados. De esta manera los esclavos, liderados por Benkos, planearon la fuga, armados de lo que sería una brújula peluda.
"Los españoles jamás pensaron que los esclavos podían huir y menos que las negras los pudieran engañar de una forma tan sencilla: con el pelo", cuenta Basilia Pérez Márquez, licenciada en administración educativa y representante de la Asociación de mujeres raíces de Benkos. "De ahí, todos esos peinados que aún sobreviven en la cultura palenquera", sigue la mujer, luciendo un pelo rojo esponjoso, atrapado en una trenza en forma de corona.
Basilia es la secretaria del colegio del pueblo, donde a las 10 de la mañana suena la campana del recreo. Todas las niñas llevan un peinado especial. Unas juegan en medio del alboroto y otras pasan el tiempo acicalándose entre ellas los peinados.
Pero el pelo de las palenqueras también sirvió de botín, cuenta Basilia. En sus cabellos enredados, las esclavas escondían pepitas de oro que lograban escarbar en su trabajo en la minería durante la Colonia. También escondieron en su capilaridad semillas que después sembraron en el que sería su pueblo, garantizando de esa forma la seguridad alimentaria para la comunidad. "Fueron brillantes las primeras palenqueras", concluye Basilia.
Un inventario trenzado
Emelina Reyes peina a una de sus vecinas. Es común ver, afuera de las viviendas, a grupos de mujeres (abuelas, madres, hijas, amigas), matando el tiempo, en un pueblo donde todo parece transcurrir a destiempo, mientras se peinan las unas a las otras. De ahí que todas dominen el arte del trenzado, con sutil maestría, desde los primeros años.
La mujer teje un 'bordebalay': una especie de nido en la mitad de la cabeza que se desprende en cuatro partes, recreando la orilla del balay, un instrumento hecho en iraca en el que los campesinos secan al aire el arroz y el maíz.
Ereilis Navarro ha observado la escena muchas veces. Ella es una docente e investigadora barranquillera que se ha encargado de estudiar el significado de las trenzas de este caserío que, en el año 2005, fue declarado por la Unesco, Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad y se reconoció el título del primer pueblo libre de América y su herencia africana, que se conserva intacta en diferentes costumbres, entre estas, la lengua: el palenquero (perteneciente a la familia lingüística bantú). 
En todo este trabajo, Ereilis armó un inventario con 60 clases de peinados, cada uno con un significado especial. Menciona algunos: el 'hundiíto', un diseño inspirado en la topografía de las montañas (alusivos a las rutas de escape); los 'borreguitos', que es el reflejo del sometimiento de los esclavos; las 'carreítas', una secuencia de filas que ilustran los caminos de la región; el 'lío', porque no se sabe dónde comienza ni donde termina, y la 'puerca paría', símbolo de prosperidad.  
La investigación de Ereilis, morena de abundante cabellera y finas trenzas, será publicada en un libro, a finales de este año, y se titulará Motia ri majaná ri palengue, que significa, en la lengua palenquera, "peinados de la gente de Palenque".  

La primera peluquería

6 comentarios:

  1. Cuándo salió el libro? Me interesa

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  2. excelente, trabajo, felicitaciones, es el verdadero significado de nuestros afrodesendientes y todo aquello que hicieron para lograr la libertad y para aportar a la libertad de Colombia del yugo español

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  3. Mi admiración y respeto, por el gran aporte a la cultura de nuestro país, es ignorantes quien no lo valore. felicitaciones licenciada Arelis Navarro.

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  4. Mi admiración y respeto, por el gran aporte a la cultura de nuestro país, es ignorantes quien no lo valore. felicitaciones licenciada Arelis Navarro.

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