Mi abuelo Aquilino, era terco, no cedía a sus decisiones después de tomadas-pa' tras ni para tomar impulso, decía-. Con el celo que cuidaba a sus hijas, con ese mismo celo las castigaba , sus castigos eran tomados de la santa inquisición, con toques sadicos- que se revelaban por la ignorancia de la época en la manera en que se debía educar un hijo- mi abuelo utilizaba la ley del Talión a su manera- si una hija se iba a callejiar sin su permiso, salia a buscarla con machete en mano , le pegaba con el plano del machete en las piernas por callejera, con amenaza de quemarle los pies si le desobedecian, y efectivamente lo hacía, cuando estas pelao, joven, pasado el castigo se te olvidan las amenazas de tus padres o por lo menos piensas,que! que me va a quemar.
Pues Aquilino Grueso cumple lo que promete. La más andariega era mi tía Socorro quien se ganó el perverso castigo de la hoguera- el fuego fue tan intenso que casi arrasa con la casa de madera con todo sus objetos de madera, con todos los habitantes de la casa , con todas las figuras de "Amor es.... que pegaban mis tias en la pared de tablas de madera.
La única que medio lograba , hacerlo reaccionar de sus iras, era mi Abuela Alejandrina, cuando ella no lo lograba presuadirlo con su dulzura y su voz tan delicada y llena de amor, venía en su reemplazo su hermana mi tía Carmelita- que era igual de elegante que mi abuela blanca- pero color carmelita-achocolatao- (ese vicio de mi familia de hacer mezclas incomprensibles viene desde muy, pero muy atrás de mi tatara-tataraabuelo el abuelo, del abuelo de mi abuela, o eran blancos que se enamoraban de negros o eran negras que se enamoraban de blancos y se enamoran, por que a la fecha de hoy continuamos con la bendita tradición) mi tía Carmelita con machete en mano, era la única que se le enfrentaba a don Aquilino Grueso , con escapilario, rosario y rezo rosaba en el piso el machete, para defender a sus sobrinas del trato inhumano que ejercía sobre sus hijas. Por supuesto después se arrenpetía, pero como decía mi tía Carmelita-después de ojo sacao, no hay santa Lucia que valga.
Igual, mis tías continuaron sus vidas con sus dos extremidades completas, pero afectadas psycológicamente por estos acontecimientos que resultaron aberrantes en su juventud. Que la historia no se repita.
Trataré de recordar la oración que recitaba mi abuelo Aquilino Grueso, para enfrentar los demonios, las tundas y patasolas que la tradición ha creado en la ley del monte, cuando tenia que ir a la finca de noche a trabajar, a cortar chontaduro, plátano, leña para proveer a su familia al día siguiente- recuerdo a mi abuelo sin zapatos con los pies embarrados, la verdad no me acuerdo haberlo visto con zapatos, pero sí de camisa blanca, que hacía juego con sus dientes tan blancos y perfectos, pantalón color kaki largo , pero con doblez hasta la mitad dela pantorrilla, que facciones tan perfectas las de mi abuelo Aquilino Grueso para ser tan negro.
Esto es lo que rezaba:)-
Santísima Trinidad
Dios soberano y eterno
que me libre de prisiones
y de penas del infierno
yo sin Dios no soy nada
con Dios es lo que se viviese
aparta todo corazón furioso
que viniese contra mí
que la cruz y los tres clavos
vayan delante de mí
que Jesús que murió en ella
hable y responda por mí.
En el coro cantan misa
en la corte celestial
salgan, los que han de salir
entren los que han de entrar
que yo con Jesucristo
voy a salir a andar
No hay comentarios:
Publicar un comentario